¿Domingo libre? ¡Noooo! Plan de domingo en curso.
Cierto era que no parecía un gran día para investigar por el Principado, pero si descartas los días grises… no te quedan apenas ocasiones. Así que nos animamos a salir en familia hacia la playa de La Espasa.
Ésta divide dos concejos muy turísticos, Caravia y Colunga, preciosos municipios con mil y un rincones para perderse (iremos descubriéndolos poquito a poco). Yo la recordaba de niña porque iba con mis padres, pero no era consciente de lo increíble que era.
Un gran arenal de arena dorada. Mar en una mano, montaña, la Sierra del Sueve, en la otra.
Desde aquí, y si os acercáis con tiempo, podéis subir al Mirador del Fito, en la misma sierra del Sueve. Una auténtica maravilla para la vista que ya os lo enseñaré en otro post.
Lo mejor de los días “menos buenos” es que no mucha gente se atreve, por si al “orbayu” (lluvia finita) le da por aparecer. Así que el silencio, más las vistas te transmitían una paz inmensa.
Cada detalle de los alrededores era aún más especial que el anterior.
Y con tantísimo sosiego y belleza asturiana a nuestro alrededor nos pareció un buen sitio para leer un rato. El Señor Coc y los ruidos de los animales siempre es una gran elección.
Martín comió al aire libre, pero nosotros apostamos por Fitomar. Un sitio donde los camareros son realmente amables, serviciales y no ponen ningún problema al “temido” carrito, al contrario, siempre encuentran un hueco. Además de tener trona (¡milagro, milagroso!)son todo sonrisas y cariños hacia el peque. La cocina casera, buenísima. El pescado, marisco, los arroces… pero como iba con un madrileño fan auténtico del cachopo, no pudimos pasar sin probarlo. Realmente delicioso. Como veis en las fotos, la comida no pudo ser más asturiana: botellina de sidra viendo el mar, cachopo y frixuelo con compota de manzana de postre. Un gran diez para ellos. Totalmente recomendable.
Aunque a todos, incluido Matías (nuestro perro), nos empezó a atrapar un poquito el sueño, sólo Martín resultó el afortunado.
Paseito y una pequeña carrera hacia el coche (al final sí que llovió). Pero el balance muy, muy positivo. ¡Volveremos!
Déjanos un comentario