¿Un lujo? ¿Un pequeño capricho en el centro del gran Madrid? Hacer una parada para comer algo en Harina. Al otro lado de la ventana, la preciosísima Puerta de Alcalá.
No sé si os he comentado ya, pero Madrid es mi segunda casa. Por los muchos amigos que tengo, por los años que viví en la ciudad y porque parte de la familia de Martín (por parte de su papi) está allí. Así que vamos a menudo. Esto nos permite descubrir y descubriros muchos rincones de esta preciosa ciudad.
Ahora… entramos en Harina.
Pregunta de inicio: ¿Tenéis alguna preferencia para el desayuno? Dulce… Salado…
O quizás seáis más bien de “un poquito de todo” como yo.
El caso es que en este sitio todo está realmente delicioso. Mi recomendación para “los salados” es la gran variedad de sándwich de miga de pan que ofertan, sobre todo, los domingos por la mañana. Eso sí, si elegís un domingo no tardéis en acercaros porque, de lo contrario, no encontraréis mesa. Mucha la gente opta por paseito por El Retiro y desayuno en Harina. Así que…¡a madrugar un poquito!
La verdad es que no es sólo lo que te ofertan sino ese olor a obrador, a pan, a hogar… que te envuelve mientras saboreas tu elección. La estética industrial del local, pero con detalles cuidados colaboran a que, con cada bocado, te acerques a la sensación de estar en casa.
Ahora toca confesión: he ido un montón de veces ☺ Así que con criterio criterio os recomiendo una de mis tartas favoritas (creo que ya os lo había dicho) carrot cake. Y si a ésta la acompañas de un capuccino… Ummm! Pequeño lujo del día a día, fábrica de sonrisas mirando a la Puerta de Alcalá.
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