Mi hijo Martín de 9 años tiene autismo.
Así empezaba hace unos 6 años un post en el que “salía del armario”. Hacía público un camino que empezábamos después de estar más de un año en busca de respuestas a un comportamiento diferente de Martín.
Es verdad, que ni de lejos imaginaba la dureza de la prueba que nos había lanzado la vida. Seis años después podemos decir que Martín tiene autismo severo no verbal… ¡BOOM! Pero imposible asegurar dónde está el techo de sus posibilidades. Así que seguimos con los dientes apretados y caminando hacia delante. Nuestro principal objetivo sigue siendo aligerar el peso de la mochila que le ha tocado llevar a él: vivir en un mundo diferente.
A lo largo de estos 6 años, he estudiado, leído, consultado, preguntado… mucho. Mucho. Martín duerme muy pocas horas. Además de para marcar mis ojeras, también esto me ha servido para seguir descubriendo nuevas puertas a las que llamar, nuevas terapias que puedan ayudarnos. Y así llegamos hasta la Asociación Dogpoint y a su fundadora Olivia de Matteis y su equipo. Gracias a ellos se ha encendido una nueva luz en el camino.
Dogpoint es una asociación sin ánimo de lucro especializada en el adiestramiento, acoplamiento y seguimiento de Perros de Servicio para niños con TEA (PSNA). Pero mi definición iría más bien por aquí: extensión de la familia que puede ayudarnos a mejorar muchísimo la calidad de vida de Martín y, como consecuencia, la de todos los que convivimos con él. ¿Cómo? En muchos aspectos. Voy a intentar ser lo más clara posible. Un problema, una solución.
PROBLEMA
Martín tiende a escaparse con frecuencia. Los espacios públicos le generan ansiedad y reacciona corriendo sin control. Esto supone un peligro, os podéis imaginar. En la ciudad por las carreteras, en espacios como parque de atracciones por miedo a que se pierda… La pregunta más repetida entre nosotros es “¿lo tienes? ¿tienes a Martín?” cada cinco segundos. No puedes perderlo de vista ni un segundo. Supongo que podéis imaginar qué es para nosotros estar el 100% de este tiempo “de ocio” en estado de alerta.
SOLUCIÓN
Martín aprenderá a ir agarrado a su perro de asistencia, a su amigo. Desde Dogpoint nos han transmitido que ir agarrado es incompatible con salir corriendo. Además, como medida de seguridad llevará un cinturón atado al peto azul del perro. ¿Qué pasa si Martín sale corriendo? Su amigo se tumba y ancla la fuga. Como el 100% de las veces no consigue escapar deja de intentarlo.
¿Y el miedo a que se pierda? Os aseguro que esto, cuando lo piensas, paraliza. Porque no será capaz de contarle a nadie quién es o dónde vive… Pues la Asociación es pionera en entrenar a sus perros para rastrear y localizar al peque en el menor tiempo posible. No os miento si os digo que solo de imaginármelo me emociono, se me pone la piel de gallina.
PROBLEMA
Martín tiene muchas crisis. A veces se las llama “rabietas”, aunque no es muy correcto. Son situaciones en las que tiene exceso de estímulos: luz, ruidos, gente, y pierde el control de sí mismo: llora, agrede, grita, se tira al suelo… Es muy, muy difícil que salga de este estado y vuelva en sí. Para mí esto es lo más duro psicológica y físicamente. Ambos acabamos agotados. Sobre todo en este último año en el que el mundo ha cambiado tanto. Hemos llegado a tener 3 y 4 crisis al día.
SOLUCIÓN
Reducir estas crisis. Parece ciencia ficción, pero los adiestradores entrenan a los perros en diferentes habilidades que permiten reducir estas crisis de 45 minutos a menos de 10: chupar la cara, tumbarse encima para relajar mediante presión, dar un pequeño empujón o, algo tan simple, como dejarse abrazar.
PROBLEMA
EL SUEÑO ¡¡¡¡¡AAAAHHH!!!!! Martín duerme poco. Y sin descanso todo se complica.
SOLUCIÓN
El amigo de Martín dormirá con él. A través de su respiración y su presión será capaz de lograr lo imposible ¡DORMIR UNA NOCHE DEL TIRÓN!
¿Cómo va a llegar el súper perro a nuestras vidas? Tanto la Asociación como otras familias que ya tienen a su nuevo amigo en casa apuestan por tejer una gran red colaborativa. Involucrar al mayor número de personas y entidades con un doble objetivo:
1. Concienciar y visibilizar. Quedan muchos por conocer qué es el autismo y qué supone para todos los que convivimos con él. Quedan muchos por acoger con normalidad a los perros de asistencia en espacios públicos.
2. Conseguir hacer frente al coste económico que supone contar con un amigo adiestrado y listo para cumplir con su trabajo, 21.704 euros, nada menos. Cada euro va directamente a la Asociación, no para nuestras manos. Son ellos los que los destinan a “Un súper perro para Martín”.
Puedes ser una empresa, familia, ente público, patrocinador… Hacer una aportación o simplemente divulgar este escrito. TODOS SOIS BIENVENIDOS. Os dejo un link para una aportación directa y mis datos por si os apetece contactarme. GRACIAS.
Quiero acabar con el último párrafo que escribí hace 6 años:
Mi hijo Martín de 9 años tiene autismo. Pero también es feliz, mimoso, cariñoso, da besos a todo el que se lo pide, me recibe con una gran sonrisa cuando voy a buscarlo al cole, le encantan las cosquillas, dar volteretas, bañarse en el mar, el bizcocho de chocolate que yo le hago, que toque la guitarra, Caillou, es un trabajador incansable, además de ser uno de los niños más bonitos de la tierra (fuente oficial: sus abuelos). Esa y solo esa es la esencia del ser que más quiero en este mundo, mi hijo.
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