Escribo porque me ayuda “a tragar”. Es un poco el ketchup que me echa una mano para pasar “las malas comidas”. Cuando intento contaros cosas, sobre todo estados de ánimo o sentimientos, me permite reconocerlos y, por seguir con el símil gastronómico :-), que no se me hagan bola.
Pues bien, la semana pasada fue especialmente dura para mi.
No sé si os pasado alguna vez. Algún olor que os traslada a un lugar. A mi me pasa con las lentejas de mi madre, me llevan directamente a los años de cole, me siento bien. O una prenda de vestir que os recuerda a algún momento vivido. Tengo unas vaqueros en mi armario que me acompañaron a echar muuuuchos currículos cuando me fui a Madrid.
Pues la semana pasada estaba mirando cajas de ropa para ver “lo heredable” entre hermanos y abrí la de año-año y medio-dos. La sensación fue comparable cuando te acercas demasiado al fuego, como un fogonazo que te quema la cara. Fue la época del periplo que sufrimos con Martín hasta llegar al diagnóstico. Sin yo quererlo e imaginarlo empezaron a venirme frases, recuerdos, personas, sentimientos…
El abrigo con el que tantas veces visitamos al pediatra de familia para decirle que a Martín le pasaba algo, que no sabía el qué. De él recibía:
- Ya hablará.
- Miradas, que recuerdo como si me estuviese pasando ahora, y “creo que estás exagerando”.
- Sentencias tales “internet os está haciendo mucho daño”
- Juicios como “a este niño lo que le pasa es que está sobreprotegido, enmadrado (aún esto lo escucho 4 años después).
- “Tú quieres ver cosas donde no las hay”. ¿Yo? ¡Claro! es muy de madre querer que a tu hijo le diagnostiquen cualquier trastorno o que le digan que está enfermo…
Y así… muchas más. Volvió a mi la imagen recorriendo hacia la salida aquel pasillo del centro de salud con la vista borrosa y con las lágrimas a punto de salir. ¡Qué sola me sentía! A pesar de no estarlo.
Aquella camiseta con la que fuimos por primera vez a un gabinete de profesionales, por decir algo, en el que nos timaron, engañaron y no fueron capaces de decirnos que no tenían ni idea qué pasaba antes de seguir cobrándonos.
Los playeros con los que íbamos al parque cada día para comprobar, uno tras otro, que Martín no jugaba, no respondía a los otros peques… yo siempre tenía una disculpa preparada: es que no ha dormido, es que está cansado, es que es tímido…
Camisas, jerseys, pantalones… todos tenían una historia dura detrás. Y todas salieron de repente, como de lo más profundo de mi estómago para hacerme sentir esa angustia que sentía aquellas noches en las que lloraba, lloraba y pedía que por favor fuese algo puntual.
Y rompí a llorar, a llorar mucho, a llorar sin parar. Como cuando eres pequeño y te cuesta hasta respirar. Estuve así un rato. Y bajé del trastero. Y encontré a mis padres que me recibieron con un abrazo de los que alimentan. Con ellos no necesito hablar, me pillan al vuelo Martín se acercó a intentar quitarme la arruga del entrecejo como siempre hace cuando me enfado o estoy triste. Y la sonrisa eterna de Pablo…
La angustia no se fue. Los malos recuerdos no se esfumaron, pero me ayudaron. Me ayudaron muchísimo. “Es algo que tienes muy adentro y que es bueno que salga para poder digerirlo”. Pues sí. Mi madre siempre (casi) tiene razón.
Vuelta a la lucha, siempre. Gracias a todas las pequeñas cosas que me hacen feliz. Porque por esos malos momentos, tengo muchos más, que son geniales. Soy muy muy afortunada de teneros (vosotros sabéis quiénes sois)
9 Comentarios
Crispy chicken
Me emocionaste, pedorrina. Qué bonita la vida como dice el chulito de Dani Martín y qué jodida también.
23 ene 2018 10:01 am (@Twitter)
Lucía Zapico Fanjul
Menos mal que lo bueno supera con creces a lo menos. Como diría mi güela: qué adelantos fía. Ella tan lejos y tú aquí y podéis hablar casi a la vez. Se te echa de menos, pero no tanto porque sigues "estando". MUUUUUUA
24 Jan 2018 09:01 am
Patricia
¿Y en esa caja no has encontrado la ropa con la que yo me enamoré de Martin?
Le recuerdo entrar por la puerta principal de colegio, con su mochila amarilla que, de aquella, era mucho más grande que él.
Con su cabecita siempre bien alta entre tanto niño y tanto adulto y un olor… ¡¡¡¡¡¡¡que daban ganas de comerlo!!!!!!!
Un beso enorme
23 ene 2018 06:01 pm (@Twitter)
Lucía Zapico Fanjul
jajaja Qué grande eres Patri. Esa caja está un poquito más cerca de los 3 añazos. Pero, como mami, a mi también me tiene completamente enamorada. Para mi es magia pura. Un besan muy grande y gracias por quererlo tanto :-)
24 Jan 2018 09:01 am
Can
Eres una campeona y un modelo a seguir, seguro que entre todos lo vais a seguir. La familia que tienes es de 10. Un abrazo y mucho animo
23 ene 2018 09:01 pm (@Twitter)
Lucía Zapico Fanjul
Muchísimas gracias! La verdad es que "el ejército" que me sigue no puede ser mejor. Un abrazo enorme.
24 Jan 2018 09:01 am
Margot Fernández
Me emocionas siempre, sabes que soy “fan” seguidora de tu mami y se que los dos están acompañándote todo lo que pueden, un lujo para seguir adelante con la (aventura) que te toca vivir!. Un beso
24 ene 2018 09:01 am (@Twitter)
Lucía Zapico Fanjul
Gracias Margot! Yo también soy muy fan de mis padres, de los dos. No puedo tener mejor apoyo. Un besín muy grande.
24 Jan 2018 10:01 am
Maria
Ayyy Lucia, que decir!Que gracias por recordarnos cada día la suerte que tiene Martín de teneros como padres, por recordarnos las cosas realmente importantes de la vida, y gracias por tu generosidad al compartir todo esto con nosotros!
26 ene 2018 09:01 am (@Twitter)
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